Probado y aprobado, el desmoldantehecho en casa no sólo funciona perfectamente sino que tiene dos cualidades más que son un extra en nuestra cocina: se aplica con una gran facilidad, sin manchar, y resulta súper económico si lo comparamos con los que están a la venta. Además, ya puestos en modo "eco", reutilizamos frascos y evitamos desechos de envases innecesarios. No se le puede poner ninguna pega, se conserva bien en la nevera e incluso podemos congelarlo.

¿Podemos pedir más al Thermomix® cuando nos permite cocinar de todo y nos facilita el abastecimiento de básicos con el enorme ahorro que eso conlleva? La verdad es que cada vez que cocino o preparo opciones caseras para el fondo de nevera o de despensa pienso en que decidirse por tener un Thermomix® en la cocina no es un gasto, es una inversión, es un plan de ahorro que se autoalimenta, cuanto más lo usamos, más ahorramos.

He hecho las cuentas: El desmoldante en spray de 300 ml cuesta 9€ de media, y no es sin gluten, el desmoldante casero hecho con Thermomix® en la misma cantidad tiene un coste de 1,32€, casi ocho veces menos, sin ingredientes raros ni indeseables.

Y ha resultado tan satisfactorio cerrar mis dos tarritos de desmoldante (de 150 ml cada uno), que lo siguiente ha sido preparar un bizcocho y estrenar el primero de ellos.

Nota: Si no tenemos problema con el gluten, simplemente cambiamos la premezcla por harina de trigo.

Tips:

- Para tener una opción vegana o sin lactosa simplemente cambiamos la mantequilla por aceite de coco. Esta versión nos permite guardarlo fuera de la nevera, en lugar fresco, seco y, preferiblemente, oscuro.

- Lo aplicamos con un pincel en los moldes.