¿Un guiso de carne puede ser plato de cuchara? pues resulta que sí y que uno de esos platos tan ricos es uno de los más extendidos por nuestro continente, el goulash. Es un guiso de carne que se diferencia del estofado en que es más especiado y se espesa, si se quiere, con la reducción de la salsa, sin emplear harinas ni crema de leche como es en el caso de los diferentes estofados. El goulash puede quedar, según el gusto de cada cual, más líquido (Sopa gulash), además tenemos la opción, parece que es algo que se ha puesto muy de moda, de servirlo en un cuenco de pan, vaciando un pan redondo individual que lo contenga, o más espeso reduciendo la salsa.  

Le viene muy bien prepararlo de un día para otro. Podemos servirlo en el pan vaciado o en el plato, acompañado con unas patatas hervidas, arroz blanco, pasta tipo Spätzle, etc., al gusto. 

Vamos pues con este tradicional Goulash húngaro para ir sacando la cuchara y disfrutar de sus aromas y sabores tan bien equilibrados que es una fiesta en el paladar.

Nota: Las piezas menos nobles de carne son ideales para estos guisos en cocción lenta, quedan realzadas en sabor y resultan muy tiernas. Aconsejo limpiar bien de tendones, grasa y membranas especialmente la carne de ternera para el goulash, ya que lo vamos a cortar en dados pequeños, de bocado, para comerlo con cuchara. 

Asimismo, una vez terminada la cocción, le da un plus dejarlo un par de horas en el vaso para redondear la ternura de la carne. Muy recomendable darle un reposo y servirlo caliente al día siguiente.

Lo he acompañado con Spätzle caseros sin gluten (receta aquí) y la verdad es que es toda una experiencia en boca la combinación de estas dos recetas.