Las torrijas es uno de los postres más antiguos de los que se tiene constancia, hablamos de los siglos IV-V d.C. En sus inicios el pan se sumergía en vino y se servía con miel, la leche y el azúcar no estaban al alcance de todas las personas. Con el paso de los años se pasó a usar la leche y la miel y poco a poco se introdujo  el azúcar. Se recomendaba a las parturientas. Se comenzó a asociar a la Semana Santa por mera casualidad, ya que sus ingredientes son compatibles con los preceptos de abstinencia. 

El truco para conseguir que el interior tenga esa textura cremosa y aromatizada es tan simple como respetar los tiempos, el mimo y un pan adecuado ( mejor del día anterior) .  A mí me gusta más fritos como toda la vida, con poco aceite, el fuego no muy bajo que absorbería mucho aceite , ni muy fuerte que se quemaría y no nos daría tiempo de hacerlas con el tiempo que requiere. Espero que os animéis a preparar este delicioso postre que en sus inicios estaba en los menús festivos.